El asesino de Colonia

Alemania, 5 a.m. y sigo despierto.

Sí, soy yo, el que no levanta gran sospecha a la vista de la gente. Sí, al igual que tu salgo de la casa, solo camina a lugares y vuelve al retorno, ¿Pero alguien sabe lo que pienso? No, claro que no, nadie lo sabe. Se ha vuelto mi secreto luego de muchos años. Mi mente se ha vuelto una maraña de mentiras, muerte y mis secretos envueltos, como cuando la araña atrapa a sus presas, las envuelve en su telaraña y luego la criatura, la mente, tanto la tuya como la mía las devora, la engulle, se deleita.

Mi rutina es la misma cada día, 9 p.m. y solo me mantengo en mi cama, firme y con mirada distante hacia la ventana, luces apagadas, total silencio. Ese soy yo, no me admiro para nada. Mis ojos ven lo mismo cada noche: Un vecino llegar a su hogar solitario cada día cada noche, misma hora, mi rutina tanto como la de él, a diferencia que él no me vigila.

Cuantas veces no lo he deseado, no me mal interpreten. Anhelado tomar mi revolver, tocar la puerta y dejar que la historia escrita continúe, un balazo. Luego la policía de la ciudad montando la escena, como si se tratase de una obra perturbada del dramaturgo más adicto al enigma policial.

El policía anotando, tomando palabra a los vecinos más cercanos, entre ellos mi persona, pero solo decir que no oí nada. En fin, la noche continúa. Hay tanto silencio que escucho su puerta cerrarse tras él y como enciende la luz de su hogar.

Las desventajas de vivir solo es que no podría cuidarse de personas como yo, los que tienen ojos muy buenos pero una voz tan pagada. Quizás soy ensimismado, para lo que me importa, pues esta realidad es solo la mía.

De noche me gusta salir, patrullar las calles, mis calles… Ver cada casa con una sonría perturbadora, maliciosa, pensando en muchas más cosas que podrían pasar, pensando solo en la sangre ajena correr y que de mis manos naciera los misterios, los acertijos rojos indescifrables.

Durante toda mi vida, he matado tanto a fuera como dentro de mi mente, disfrutando cada momento, ¿La razón? No lo sé. Nunca me he puesto a pensar en alguna razón para hacer mi pasatiempo favorito.

¿Qué diría un doctor? Que soy una persona manipuladora, de temple frio que ha aprendido a controlar sus emociones a la hora de mentir, que en el fondo soy un sociópata?... Tampoco lo había pensado.

Mi paseo continúa a la entrada al puente de la ciudad. Inspecciono bien las cercanías, planeo mi jugada muy bien, siempre del último paso al primero, para dirigirme al final de la línea ideológica. Soy obsesionado a veces con estas cosas, pero de esta forma nunca me han descubierto. Nadie sabe quién soy, conocen mi rostro, pero no saben en donde he estado. ¡Es lo mejor de todo!

-o-

Lo he logrado. Ante mí el cuerpo sin vida del vecino. ¿Que qué siento? Pues nada, para esto debes ser un tempano de hielo, pero admito qu si tuve algunas razones, pero no creo que cuenten: Tenía ganas de hacerlo otra vez. Ahora me dirijo al puente, para hacerlo desaparecer como a mis victimas anteriores, ninguna vuelve a ser vista y al parecer nadie habla de ellas, eso es más relajante para mí, como si nunca hubieran existido.

Veo la sangre manchar su almohada, pero aquello da igual, los detalles propios son lo importante.
Mis guantes ocultan la evidencia, mi orden y mi silencio mantienen el ambiente quieto, es la perfección.

Ahora solo queda de llevar el fresco cadáver lejos de los ojos expectantes, de los flashes de criminalística y paparazeo popular. Sí, ya es hora de lanzar al difunto bajo la manta oscura del agua en media noche. Mi crimen perfecto, siempre perfecto.

-o-

-¿Ha oído usted algo a esas horas de la noche señor?

-No, me temo que no. Siempre él era muy callado…- Le respondo con un tono paciente y sincera, mas no verdadero.

-Bien, muchas gracias, lamento molestarlo- Se retiraba el agente a reunirse con sus camaradas.
EN cuanto cerré la puerta no hice más que sonreír victorioso- Que día tan pleno, perfecto para salir a caminar- Dije con emoción.

Pues ya me había desahogado lo suficiente con mi querido vecino, sin duda y como siempre, será mi asesinato más memorial que habré cometido, ¿por qué?.... Vi detalles tan perfectos como mi orden y mi record de cuánto tiempo la gente se daría cuenta. En total, la policía se habría tardado 43 días en venir a inspeccionar, y el cuerpo fue hallado en malas condiciones según el noticiera.

Ahora debo ser más precavido, la policía ya ha descifrado mi sistema. Bueno, ¿Qué se le va a hacer? Tendré que volverme más creativo.

-//Aparentemente el asesino es un hombre de cerca de los 40 años, con algunas deficiencias mentales, siendo un sociópata crónico//- Dice la del noticiero. Al oírla solo me rio solo…
No están ni cerca de poder hallar mi rastro, pobres… Pero bueno, se esforzaron.

Prosigo a prepararme el desayuno en la cocina. Una taza de café con un delicioso trozo de tarta. Camino relajado, ¿Qué más puedo esperar? Estoy feliz el día de hoy.

Dejo el plato con mi tarta a un lado y me siento sobre la mesita cerca de la ventana, observando a mis vecinos angustiados tras la cinta amarilla, ¡Que tenemos aquí!... Ya tengo a un nuevo favorito.